El origen del café es crucial para determinar su calidad y sabor. Los cafés con denominación de origen están protegidos por su origen geográfico y características únicas, como el café de Chiapas en México o el café de Colombia. La calidad de la finca también es fundamental, ya que una buena finca garantiza un cultivo cuidadoso y de alta calidad. Es importante conocer el origen al momento de tostar café porque diferentes cafés tienen perfiles de sabor únicos según su origen, y esto influye en cómo se deben tostar para resaltar sus cualidades.

Es importante saber para qué se usará el café antes de tostarlo porque el tueste afecta significativamente el sabor y aroma del café. Un tueste más claro conservará más los sabores originales del grano, mientras que un tueste más oscuro producirá un café más intenso y amargo, adecuado para espresso o cafés con leche.

Asegurar una taza de café de calidad requiere un control riguroso en todas las etapas de producción, desde la cosecha hasta la preparación final. Los estándares de calidad, como los establecidos por la Specialty Coffee Association (Asociación de Café de Especialidad), son fundamentales para garantizar que el café cumpla con criterios específicos de sabor, aroma, cuerpo y acidez, entre otros aspectos. Estos estándares son importantes porque garantizan una experiencia consistente y satisfactoria para los consumidores.

Para definir una taza de café como de especialidad, excelencia o comercial, se realiza una degustación conocida como catación. En la catación, se evalúan aspectos como aroma, sabor, acidez, cuerpo y balance. Los cafés de especialidad deben tener puntajes altos en estos aspectos, mientras que los cafés comerciales pueden ser más simples en sus perfiles de sabor. La excelencia se alcanza cuando un café de especialidad alcanza un puntaje excepcional en la catación.